domingo, 14 de diciembre de 2008

Los besos que sobran

Ultimamente me sobran los besos de Mushi. Pobrecita.

Ella tiene su dosis de amor diaria, y debe ofrecerla. Pero eso me hace darme cuenta de que recibo el doble de amor que recibia, porque ya no lo comparto.

Los mios son los besos de la mañana, los juegos antes de ir a trabajar. Me gusta decirle que tengo prisa, que llego tarde y jugar todavia 10 minutos mas.

Los Otros son los de la noche, los de las horas que no son mias. Intento explicarle que a esa hora ya no hay nadie despierto para jugar, que tiene que adaptarse, tiene que entender. Pero ella no entiende, le sobra el amor y tiene que sacarlo.

Y yo la rasco, y ella me besa con desesperacion, con impaciencia. Y yo intento despertarme un poco y jugar, aunque se que no deberia, aunque duela, porque asi no hago mas que hacer presente la ausencia que mas notamos. Y ella se alegra y se desahoga.

Y yo en mi espiral de dolor autoinflingido intento imitar juegos que no son los mios. Y Mushi lo nota, porque no lo hago bien, porque no eran exactamente asi. Y me lo reprocha y abandona los juegos.

Y vuelvo a conciliar el sueño, por la mañana me perdonara.

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